Casi ninguno de los tranquilos habitantes de Ciudad Luz sospechaba siquiera de la existencia de Ciudad Sombra. La ciudad feérica, situada en su propio plano de realidad, flotaba inmutable e invisible para los ojos no iniciados en un crepúsculo eterno, tranquilo y silencioso, poblado de oscuras figuras solo visibles por el rabillo del ojo cuando […]